Description
Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes! —¡Son para comerte mejor!— Un gran sector de la Iglesia de hoy puede describirse como la Iglesia de Caperucita Roja, una Iglesia sin discernimiento ante los cada vez mayores peligros que se presentan para su desarrollo, para el cumplimiento de su misión e inclusive, para su supervivencia. Pero en su defensa, Caperucita Roja tenía la justificación de ser una niña inocente e inexperta. Nosotros no, dado que la Iglesia tiene ya 2 mil años de existencia y experiencia. Además nuestro principal adversario, a diferencia de las obvias características físicas que evidenciaron al lobo, tiene la asombrosa capacidad de transfigurarse hasta en un ángel de luz (2 Corintios 11:14).
El objetivo fundamental al denunciar todas las falsas enseñanzas y a sus proponentes, es en esencia motivarnos a crecer en una dinámica cada vez mayor de discernimiento. No es un aspecto agradable del ministerio denunciar a los que propagan doctrinas erróneas, pero el propósito principal es disfrutar de la capacidad de la elogiada Iglesia de Éfeso, con su gran discernimiento para identificar imitaciones, y así poder escuchar de Cristo las palabras aprobatorias para nuestra propia generación: has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos (Apocalipsis 2:2).