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La doctrina de la Trinidad Divina es probablemente, la doctrina más importante del cristianismo y sin lugar a dudas, es la sustancia del Nuevo Testamento. De ella dependen todas las demás doctrinas cristianas sin excepción. Pablo hace una impresionante declaración a la Iglesia de Corinto en su primera carta a esta congregación de creyentes: Porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza vuestra lo digo (1 Corintios 15:34). Esta puede ser la realidad de muchos cristianos en la actualidad.
Adicionalmente, es un hecho más que probado, que toda herejía y desviación de la verdad bíblica comienza con una distorsión acerca de quién es Dios. La dinámica del error casi siempre gira alrededor de una desviación o negación de la Trinidad Divina, ya sea rechazando la divinidad o eternidad de Jesucristo como Hijo de Dios, o rechazando a la Persona del Espíritu Santo rebajándolo a una mera fuerza impersonal.
Es uno de los propósitos de esta INTRODUCCIÓN A LA TRINIDAD DIVINA el proveer de todos los recursos necesarios para no sólo evitar la confusión propia del error, sino refutar cualquier doctrina contraria a la verdad bíblica.
Pero lo más importante, como afirma M. J. Erickson, es preguntarnos: ¿Cómo podrá influenciar a mi vida cristiana, un conocimiento bíblico de cada persona de la Santísima Trinidad, y el poder experimentar en mi vida, la función especial de cada una de ellas? Esta es la razón por la que nunca será un ejercicio infructuoso, sino altamente bendecidor, el avocarnos a conocer lo que las Escrituras nos enseñan acerca de la naturaleza y funciones de cada Persona de la bendita Trinidad de Dios.
¿Cómo puedo establecer una relación plena de comunión e intimidad con un Dios al que no conozco? ¿Cómo puedo acercarme a Dios como mi Padre, al Hijo de Dios como mi Salvador, Mediador y Abogado, y al Espíritu Santo como Consolador, Perfeccionador, e Iluminador de la verdad divina, si desconozco a las tres Personas de la Trinidad de Dios y su obra gloriosa en mi favor?
Es el propósito de este libro, el ser una herramienta útil para que se cumpla en cada creyente la oración de nuestro Dios y Salvador Jesucristo: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Juan 17:3).
